Personeria Juridica 27184 de la Gobernación de Antioquia. Nit nº 811002039-8. Colombia.

SOCIEDAD AMIGOS DE LA TIERRA

Ecologia

y... ¿que es ecología?

Los seres que habitan la tierra se hallan en un ambiente fisico constituido por todas las condiciones que los rodean y que conforman su medio.
La ecología es la ciencia dedicada a explicar las relaciones establecidas por los seres vivos, entre ellos y su entorno. Su nombre se deriva de las palabras griegas oikos, que significa casa, y logos, estudio. Dentro de la ecología pueden diferenciarse varias ramas de estudios muy concretos, como son la dinamica de poblaciones, estructura de comunidades, funcionamiento de ecosistemas, ecología humana, biogeografia, ecotoxicología, y otras disciplinas más. En la antigüedad, desde Heraclito (¿540 - 480 aC?) se manifestaron los primeros indicios de ciencia ecológica, cuando él destacaba la existencia de una relación general en la naturaleza viva, su movilidad y continua variabilidad. Otros famosos científicos, como Paracelso (1493 - 1541) y Línneo (1770 - 1778), ya intuían "las relaciones mutuas entre todos los cuerpos naturales, en las cuales se basa el equilibrio de la naturaleza".



Cómo reducir nuestra huella de agua

La huella hidrológica de España, una de las mayores del mundo, podría reducirse con una gestión sostenible y unos hábitos de consumo ecológicos

Ya no es suficiente con cerrar el grifo. La cantidad de agua que consumimos para beber o ducharnos es mínima en comparación a la utilizada para producir bienes o servicios. Por ello, tanto los países como los consumidores debemos tener en cuenta nuestra "huella de agua" para evitar problemas de escasez, que se relacionan con el consumo insostenible y la mala gestión de este preciado recurso.

  • Autor: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
  • Fecha de publicación: 19 de junio de 2008

Qué es la huella de agua

Diversos expertos destacan que los conflictos hídricos no se deben normalmente a la escasez física de agua, sino a su deficiente gestión. Así, la huella de agua destaca en última instancia la insostenibilidad que supone que los países y sus habitantes consuman más agua de la que realmente disponen.

 

 

- Imagen: Martin Walls -

Ahora bien, el consumo de agua es más complejo que el simple correr del chorro del grifo. Ideado en 2002 por Arjen Hoekstra, experto del Instituto UNESCO-IHE, y Pham Q. Hung, físico de la Universidad de Virginia, la huella de agua, o huella hidrológica, define un concepto similar al más conocido de la huella ecológica, sólo que en este caso se consideran diversos valores relacionados específicamente con el agua.

En este sentido, la huella de agua está estrechamente ligada al concepto de "agua virtual". Se trata de una idea de John Anthony Allan, investigador del King's College de Londres y la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, que consiste en la cantidad empleada en elaborar, empaquetar y transportar los productos de consumo.

Una camiseta de algodón tiene una huella de 4.100 litros de agua virtual, una hamburguesa 2.400 y una taza de café 140

El agua virtual recuerda que los consumidores no sólo utilizan este líquido cuando beben, se duchan o riegan las plantas de su jardín, sino también cuando comen o se visten. Así, por ejemplo, una camiseta de algodón tiene una huella de 4.100 litros de agua virtual, una hamburguesa 2.400 litros y una taza de café 140 litros.

Asimismo, la huella tiene en cuenta el uso que se da de este líquido: el "agua azul" es la destinada a producir bienes y servicios; el "agua gris" es la que acaba contaminada en la producción de dichos bienes; y el "agua verde" la que se encuentra en el suelo, procedente de la lluvia.

En el caso de un país, su huella hidrológica muestra el agua, tanto la nacional como la importada, usada para producir los bienes y servicios consumidos por sus habitantes. Así, Estados Unidos es el país que mayor huella de agua tiene por habitante y año, seguido de los países del sur de la Unión Europea, entre los que se encuentra España.

En concreto, según cálculos de un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el agua para beber (entre 2 y 5 litros diarios) y para higiene y tareas domésticas (entre 50 y 200 litros) es una parte pequeña comparada con los 2.740 litros de agua virtual consumidos diariamente.

La explicación de esta enorme huella hídrica se debe, tal y como apuntan los científicos de la UPM, al balance neto negativo entre el agua que se "exporta" y se "importa": con un total de un millón de litros consumidos por habitante al año, requerimos del exterior unos 350.000 litros por persona. Sus datos añaden que los españoles utilizan el 90% del agua para alimentarse y el 10% para el resto de bienes y servicios que consumen.

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Stop a las bolsas de plástico

Su alto impacto ambiental induce a algunos países a reducir su uso, reutilizarlas, sustituirlas por otras biodegradables, cobrarlas o incluso prohibirlas

La bolsa de plástico tradicional podría tener los días contados. Sus negativos efectos en el medio ambiente hacen necesarias nuevas medidas que asuman tanto las instituciones como las empresas, y por supuesto, los consumidores. Reducir su uso y reutilizarlas siempre que se pueda, sustituirlas por bolsas de varios usos o de materiales biodegradables son algunas de las soluciones que ya se están desarrollando en algunos países, incluido España.

  • Autor: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
  • Fecha de publicación: 25 de junio de 2008

El impacto medioambiental de las bolsas de plástico es enorme. Además de las grandes cantidades de energía que se precisan para su fabricación, están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que pueden tardar en degradarse más de medio siglo. La gran mayoría acaba siendo desechada sin control, contaminando tanto las ciudades como los ecosistemas naturales. En el mar su impacto puede ser letal para animales como tortugas, ballenas o delfines, que mueren tras ingerirlas. Asimismo, las bolsas serigrafiadas pueden contener residuos metálicos tóxicos.



- Imagen: londonista -

Estados Unidos y la Unión Europea consumen el 80% de la producción mundial, aunque su generalización en los países en vías de desarrollo está agravando el problema. En España, según Cicloplast, que agrupa a fabricantes y distribuidores de bolsas, cada ciudadano consume de media al año 238 bolsas de plástico (más de 97.000 toneladas), de las que apenas se recicla el 10%.

Por ello, cada vez son más los países que plantean diversas medidas. Además de reducir su uso, reutilizarlas, sustituirlas por otras de varios usos o fabricarlas con materiales biodegradables se presentan como soluciones posibles.

Cada español consume de media al año 238 bolsas de plástico (más de 97.000 toneladas), de las que apenas se recicla el 10%

En este sentido, la producción de bolsas de bioplástico comienza a estar en auge. En España, las principales empresas de distribución han empezado a adoptar este tipo de materiales más ecológicos, como el plástico reutilizable, la rafia, el TNT, o el almidón de patata. Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente pretende para 2015 que el 70% de las bolsas sean biodegradables.

En Francia, una Ley de 2005 sobre Política Agraria dispone que en 2010 todas las bolsas de plástico habrán de tener esta propiedad. Asimismo, las campañas de sensibilización en este país han conseguido que se reduzca en un 20% la utilización de las bolsas convencionales.

Por su parte, diversas empresas trabajan para desarrollar y mejorar este tipo de materiales. En España, la filial del grupo Sphere, primer productor europeo y cuarto mundial de bolsas de plástico, produce desde hace un año y medio bolsas de fécula de patata con un sistema desarrollado por dos compañías del grupo.

En Italia, las empresas Novamont y Coldiretti han llegado a un acuerdo para implantar un sistema de fabricación de plásticos biodegradables a partir del maíz y del girasol que cubra todo el proceso productivo. Sus responsables asumen que una de bolsas cuesta entre ocho y nueve céntimos de euro, frente a los cinco céntimos de la bolsa tradicional. No obstante, destacan que su precio bajará al generalizarse su uso, y recuerdan sus ventajas ecológicas.

En Canadá, la compañía EPI (Environmental Plastic Additives) ha desarrollado un aditivo, denominado TDPA (Totally Degradable Plastic Additives), que permite a los plásticos convencionales volverse biodegradables. En este caso, el coste de fabricación de las bolsas es un 10% mayor. En Francia, la denominada bolsa "Néosac" utiliza una tecnología similar, desarrollada por varios industriales franceses, que ya se distribuye en varios locales y supermercados galos. Su coste es también algo mayor que las clásicas: entre un 25 y un 30% más.

Cobrarlas y prohibirlas

En otros países se plantean medidas más drásticas para frenar su uso. Por ejemplo, en Suecia o Alemania el cobro de las bolsas está generalizado, si bien los consumidores están más concienciados y suelen reutilizarlas o emplean bolsas de tela.

En otros lugares han optado por la vía de los impuestos. Irlanda ha implantado el "plustax", que obliga al pago de quince céntimos de euro por cada bolsa que utilicen los consumidores. En Hong Kong, una tasa medioambiental similar a la irlandesa, obliga a pagar por cada bolsa unos 50 céntimos.

 

 

- Imagen: sanja gjenero -

La prohibición de su uso es también otra medida que está empezando a ganar adeptos. China, que consume unos 3.000 millones de bolsas de plástico al día, ha prohibido las ultrafinas, siguiendo el ejemplo de países como Irlanda, Ruanda o Bangladesh. Italia aprobaba en 2007 una ley que prohibirá las bolsas de plástico no biodegradables a partir de 2010, aunque la Comisión Europea ha argumentado que contraviene la Directiva sobre Envases y Residuos de Envases.

En Estados Unidos, San Francisco es la primera ciudad de este país en prohibirlas, de manera progresiva, una idea que se están planteando en otras ciudades como Boston o Berkeley. En Los Ángeles se ha optado por sustituirlas por otras recicladas y biodegradables. Por su parte, en la localidad inglesa de Devon las han eliminado de los establecimientos comerciales y ofrecen en su lugar bolsas de papel o de tela.

En definitiva, los consumidores son claves en este proceso, por lo que resulta fundamental adoptar costumbres como reducir en lo posible su uso, reutilizar las bolsas llevándolas plegadas para compras inesperadas, y mejor si son de tela, papel o materiales biodegradables. Asimismo, hay otras formas de transportar las compras, como cajas de cartón, cestas o carros.

Bolsas reutilizables muy 'fashion'

Algunos diseñadores europeos creen que moda y ecologismo son compatibles. Por ello, han lanzado varias bolsas de mercado reutilizables para estar a la última, con precios que no defraudarán a los más elitistas. Por ejemplo, el modelo "Silky Pop" de Hermes, fabricado en piel de becerro, cuesta unos 711 euros; una bolsa de nylon de Consuelo Castiglioni cuesta unos 625 euros, mientras que para comprar una de lona orgánica de Stella McCartney hay que desembolsar unos 367 euros.

No obstante, también hay bolsas reutilizables aptas para todos los públicos. La cadena de mercados Trader Joe's vende una por un euro y medio aproximadamente. Un poco más cara -vale unos once euros - pero mucho más creativa, es la de la diseñadora británica Anya Hindmarch. Su modelo "I'm Not a Plastic Bag" ("No soy una bolsa de plástico") se ha popularizado en la web de subastas eBay, donde ha conseguido facturar diez veces más que de forma convencional.


 



  13 DE FEBRERO DE 2003 JUEVES CIENTIFICO  
       
BIOMETANIZACIÓN

Una Planta que transforma la basura en energía eléctrica

La basura cada vez es más valiosa. Un ejemplo lo tenemos en la Planta de Biometanización y Compostaje de Pinto que acaba de inaugurarse. Millones de toneladas de basura irán a parar a ella: una parte se reutilizará, con otra parte se hará compost y una tercera servirá para generar electricidad, mediante un proceso llamado metanización, que consiste en acelerar la producción de gas metano. Unos potentes motores quemarán este gas para satisfacer las necesidades eléctricas de miles de viviendas

SARA MORENO

Sabías que el gas puede producir una gran cantidad de electricidad de una forma limpia y eficaz? Para comprobarlo, hemos ido a una inmensa instalación que acaban de abrir en Pinto. Aquí nos encontramos con grandes tubos, contenedores y máquinas.

¿Para qué sirve todo esto? Iván Leonard, jefe del organismo que lo gestiona, y José Manuel Fernández, director de la obra, nos dan una vuelta por el recinto y nos explican todo paso a paso.

“A esta planta van a llegar 140.000 toneladas de basura al año”, dice Iván. Esta basura hay que clasificarla porque una parte podrá reciclarse, otra parte se utilizará para producir electricidad y el resto irá al vertedero.

La fracción orgánica que logra pasar los filtros se mezcla con agua y arena, y se prepara como un caldo. Entonces este caldo se vierte en unos depósitos que están enterrados y se macera. Al cabo de unas horas se inicia el proceso de biometanización, es decir, la producción de gas metano a partir de esta sopa.

¿Cómo se hace? Pues provocando una fermentación anaerobia muy rápida mediante unos bacilos, lo que acelera muchísimo la producción de metano. En 17 días este biogás ya puede almacenarse. Y ¿qué se hace con él? Pues 11 motogeneradores se encargan de quemarlo para obtener energía eléctrica. Objetivo cumplido.

Un lugar que se alimenta de basura y de gas tiene que generar muchos residuos y olores desagradables, ¿o no? “Existen unos biofiltros que filtran los gases para que no huela”, dice Iván. “El agua también se trata de forma biológica, con lo que se obtiene agua pura, reutilizable”.

Otro de los productos que esta Planta va a generar es el compost. ¿Cómo se consigue? Pues se mezcla la sopa de la que hablábamos antes con fracciones vegetales como restos de poda y ramas.

Entonces se mantiene a una temperatura uniforme para que madure deprisa, y en 15 días ya está el compost hecho. Se espera que produzca 20.000 toneladas de compost al año. En poco más de tres meses, funcionará al cien por cien.

Además

RECUPERACIÓN. “Es importante señalar que el 50% de la basura que entra en la Planta se recupera”, dice José Manuel Fernández, director de obra de la Planta de Biometanización y Compostaje de Pinto.

BOLSA AMARILLA. Desde que la bolsa amarilla se impuso en la Comunidad de Madrid, se han recuperado 185 millones de kilos de envases, el 40% de los que entran en nuestro territorio.

AULA MEDIOAMBIENTAL. Esta Planta de Pinto ha aprovechado muy bien los desniveles naturales del terreno. En las cuatro plantas que ocupa hay un auditorio multimedia y un aula de formación medioambiental, para que las futuras visitas de escolares la conozcan. También hay un laboratorio y una sala con un sofisticado sistema de control informático.

RECICLAJE. Parte de la basura tratada puede reutilizarse. Así, el papel, el plástico, el vidrio, los briks, los metales y el aluminio.

DÓNDE ESTÁ. Esta instalación está en la Carretera de Pinto a la Marañosa Km. 4.5. Más información en www.ge desma.es.

 

A pleno funcionamiento, alumbrará las viviendas de 40.000 familias

La Planta de Biometanización y Compostaje que se acaba de inaugurar en Pinto es la segunda instalación de este tipo que se hace en España y es la más grande no sólo de nuestro país, sino también de Europa.

Cuando funcione a pleno rendimiento, allá por mayo o junio, será capaz de cubrir la demanda de electricidad de nada menos que 40.000 viviendas, sin contar con las miles de toneladas de compost que generará, ideal para la agricultura y para recuperar suelos castigados.

Pensemos que toda esta cantidad de energía procede de los residuos orgánicos que todos tiramos a diario. Además esto será un alivio para los saturados vertederos.

La basura que tratará esta Planta de Pinto procederá de 17 municipios de la región, en los que viven 800.000 habitantes. En estos momentos apenas hay trabajadores porque siguen de pruebas. En tres meses ocupará a 80 operarios.

Desde el centro de gestión de residuos de la Comunidad de Madrid, en pleno centro de la capital, se controlará todo el proceso mediante un sistema informático.

 


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E. renovables

  • Posted by Martín
  • February 26, 2007

¿Es posible convertir la basura más dañina, la más tóxica en energía limpia y renovable? Uno piensa en la película Volver al futuro 2 y la respuesta que le viene más rápido a la boca sería: “No, eso es ciencia ficción”. Pero en la realidad el estadounidense Joseph Longo lo ha logrado.
Longo es el fundador y director de la Startech Environmental Corporation, que está en Bristol, Connecticut, EEUU. Estuvo 20 años trabajando en el desarrollo del sistema que le permite convertir la basura en energía.
Lo consiguió con una máquina llamada Convertidor de Plasma, de 5 metros de altura, y totalmente hermética. Allí dentro circula una corriente de 650 voltios entre dos electrodos, lo que crea un campo de energía extremadamente intensa capaz de desintegrar cualquier tipo de basura, desde pañales sucios hasta armas químicas, exceptuando lo residuos radioactivos. La electricidad circula entre medio de un gas estable (nitrógeno puro o el aire ordinario), de esta forma le quita electrones al aire, y los convierte en plasma. La corriente sigue corriendo de forma continua a través del plasma recién formado, lo que crea luego un campo de energía intensa muy parecido a un rayo. La energía radiante del plasma es tan poderosa, que desintegra la basura en sus elementos constitutivos, desarmando sus enlaces moleculares.
Este proceso tiene productos derivados: un cristal parecido a la obsidiana, que puede ser utilizado en muchas aplicaciones, como por ejemplo para baldosas de baño, o en el asfalto. Otro producto es un gas de síntesis formado primariamente por hidrógeno y monóxido de carbono, que puede ser convertido a una gran variedad de combustibles, como el etanol, gas natural, o hidrógeno.
Y lo más interesante de todo el proceso es que es auto sustentable. El Convertidor de Plasma toma electricidad de la corriente principal para poder empezar, pero luego genera un vapor que hace funcionar unas turbinas que a su vez producen electricidad para poder mantener funcionando al Convertidor. Pero no termina allí el tema. Ya que el Convertidor genera gran cantidad de electricidad, mucha más de la que él mismo necesita, así que la que sobra puede utilizarse para otras cosas, o ser vendida.
Esta tecnología tiene un futuro muy amplio. Podrá utilizarse en los basureros para desintegrar toda la basura que generan las grandes ciudades, y así, al ser Convertidores de Plasma tan grandes, también podría generar electricidad para esas mismas ciudades. Energía limpia de la basura, como en Volver al Fururo.

 

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